Un hombre al morir deja una fortuna de once cifras a repartir en partes iguales entre sus tres hijos. Las cifras desordenadas de esta cantidad son:
0 0 0 1 2 3 5 6 7 9 9
El notario saca su calculadora para averiguar qué cantidad le tocaba a cada cual y les dice:
- redondeando los decimales, a cada cual le toca...
- Un momento!
Dijo uno de los hermanos.
- Está usted haciendo trampa!
¿Cómo descubrió que el notario hacía trampa?
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